sábado, 10 de diciembre de 2011

¡Oh Dios! ¡Puta catarsis otra vez! Sí, otra vez… ya no recuerdo cuando fue la última… Demasiado tiempo ha… desde luego… La música te transporta, la música te lleva… Llevado al extremo del sentimiento, al orgasmo artístico por un grupo que realmente no me gusta (cómo me jode…) pero que tiene algún punto en sus canciones (cómo me jode de nuevo…).
Días, semanas, meses, ¡joder! ¡Incluso años pasan! Y tú, ahí, sin darte cuenta… No es el tópico de qué grande se ha hecho el niño, ni de joder… qué rápido pasa el tiempo cuando disfrutas… Es la realidad, la cruel y ruda realidad, la amable y bonita realidad de la existencia, es todo uno… sólo depende del momento, punto de vista y sobre todo situación… Pero hace año y medio, camino de dos años… Quién sabe cuánto, o cuántos, ¡joder! O quizás nada… ¡Mierda! ¡Quién sabe qué! Carámbanos (sic) ¡Qué sabe qué!
Y mientras una mala canción te transporta al alba a un mundo más allá, en el que sólo las notas, los arpegios, los acordes y quién sabe qué más, te puede llevar… ¡Joder! (lo siento por la recurrencia) ¡Una mala canción tenía que ser…! Si yo dijera, si yo pensara, si yo pensara… ¡A la mierda ya! Me niego a seguir ese razonamiento... Aunque no se crea, aunque todos lo apoyen… ¡Me gusta como soy!
¡A la mierda pusilánimes! ¡A la mierda arrogantes! ¡Joder! (Voy a dejar las exclamaciones, que me lío) Que se vayan todos a la mierda… Uno es como es… ¡Sí! (esa era obligatoria) No lo dudo, no elegimos la existencia, no elegimos el nacer… pero… ¡joder! (necesarísimo) ¡¡Cada uno elige como quiere ser!!



Uno puede forjar un camino… Uno puede soñar y practicar, uno puede aprender, uno puede querer ser otra persona… e ¡¡intentarlo!! ¡Uno puede forjar su camino!
Mucho años han pasado ya (sí, cambiando drásticamente…) desde que elegí cambiar… muchos progresos he conseguido, muchos más me quedan por hacer… Nadie niega que naces como eres, pero nunca olvides, que no importa las circunstancias tú decides… hacia dónde vas, a dónde vas, qué haces, que quieres hacer, y qué querrías hacer…
… Y el Sol hace tiempo que se fue… ¿Dije yo que al alba me sentaba a escribir? ¿Quién sabe? Igual es verdad… En donde yo vivo, en cuanto me atañe, en donde yo quiero habitar, en cuanto y cuanto atañe a mi mundo, todo es posible… Y en Suecia es aún más fácil :-D

miércoles, 10 de agosto de 2011

La nostalgia es salada

Nubes, aire, cielo.

Aire, suave,

aire acariciando suavemente mi piel.
Tus dedos recorriendo sutilmente mi espalda

Luna, estrellas.

La luna muy cerca.
Las estrellas muy lejos.
Tu mirada más cerca aún.

Viento, hojas.

El tenue ulular en la espesura
le pone sonido a tu ternura.
Quisiera estar muy lejos de aquí
y a la vez en este lugar, junto a tí.


Nostalgia, salada.

Porque por mucho que le digan amarga,
la nostalgia sabe a morriña, a mar.
Al sabor de aquella piel 
que relucía al relente y no tenía final.

Tu piel, y tú.

Y los momentos junto a tí...

Salados los momentos
cuando bebía de tu cara 
la despedida en la ausencia.

Cuando aque furtivo roce
que no alcanzaba a caricia
supo cómo poner fin
a lo que no podíamos ni decir






viernes, 17 de junio de 2011

¡A la mierda todo!

Semana extraña, semana de desmotivación…
Mañana de extravío, tarde de desvaríos…
Sentimiento de rabia, conciencia de decepción…
Muchos sentimientos para un solo cerebro,
demasiadas razones para un solo corazón.


Intento número uno de apartar aciagas nubes del techo de mi habitación:
  • Poesía como alimento para el alma, como intento de evasión:

Tendida tú aquí, en la penumbra del cuarto,
como el silencio que queda después del amor,
yo asciendo levemente desde el fondo de mi reposo
hasta tus bordes, tenues, apagados, que dulces existen.
Y con mi mano repaso las lindes delicadas de tu vivir
                                                                      retraído.
Y siento la musical, callada verdad de tu cuerpo, que hace
              un instante, en desorden, como lumbre cantaba.
El reposo consiente a la masa que perdió por el amor su
                                                                 forma continua,
para despegar hacia arriba con la voraz irregularidad de
                                                                       la llama,
convertirse otra vez en el cuerpo veraz que en sus límites
                                                                      se rehace.
(...)
[Vicente Aleixandre]

No, no funciona, no suaviza el ambiente… no me hace dejar de pensar, no me hace dejar de sentir… no quiero estar aquí, no quiero estar allí, no quiero estar en ningún lado. No me engaño, no es posible, esta indefinición define mi situación… habré de escribir, mi mano no se atreve, demasiada osadía tan sólo el intento de comenzar…

Intento número dos de maniobra de subrepticia distracción:
  • Música atronando para acallar la propia conciencia:

Yann Tiersen, no, demasiado corazón; System of a Down, no, demasiada excitación; Platero y , no, no me llega esta vez; Muse, no, demasiada tontería encima; Extremoduro, no, banalidad comparada con mi situación; The Beatles, no, supina femineidad; Paco de Lucía, cuál era la pretensión?; Boikot, no, mucha enajenación;  Jimmy Hendrix, solía funcionar, no esta vez; Reincidentes, a qué aspirabas con un himno al bar?; Mamaladilla, demasiada tontería; Queen, más de lo mismo, nada que me haga no escucharme a mí mismo; Bunbury y derivados, no estoy de humor para “bohemiadas”… Ramones, Canteca, Sex Pistols, Rosendo, Leño, Bob Marley, Pearl Jam, Eddie Vedder, Sínkope, Placebo, Chevelle, Poncho K, Albertucho, Nightwish, Within Temptation, Muchachito, Ofunkillo, Delinqüentes, Mecano, Amaral, Fe de Ratas, Gritando en Silencio, Hamlet, Guns’n Roses, The White stripes, Ketesnuko, Parabellum, Obrint Pas, Betagarri… Sucesión de grupos y estilos sin ningún estilo ni conclusión… Nirvana… Nirvana… Nirvana… nos vamos acercando, Slipknot, no, demasiado, El último ke zierre… sí.. rabia y frustración, hambre, miedo, miseria y desazón. Sí, parece que lo he encontrado…
Aún así, no parece suficiente, necesito algo más, está bien, pero le falta algo… igual…

Intento número tres de abrirse hueco por las grietas de la calavera y escapar(sin drogas) de esta realidad:
  • Música, rabia, Lectura y desilusión:

Unamuno, Sanderson, R.R.Martin, Cela, Conan Doyle, Chejóv… Devenir de párrafos sin ningún sentimiento ni impresión… un momento, y lo tengo… Houellebecq, sí, definitivamente, crudo, soez, sadismo y autocompasión…

Sumido en la ira y la desolación, en la rabia, en el desencanto, en la marea ilógica de una orgía onanista de autodecepción… mi mano sigue temblando frente a mí, la pluma gotea, no hay forma de borrar ese tachón, pero hay algo que me dice que no se merece ni el esfuerzo de coger una hoja nueva, demasiado es escribir ese pedazo de papel… sin embargo un sentimiento me urge a escribir, a decir todo lo que pasa por mi cabeza, a vomitar en ese papel todo mi resentimiento y desencanto, toda mi congoja y preocupación, y una sola frase toma cuerpo en mi cabeza, una frase grande y sencilla, una pregunta y luego otra…


¿Por qué? Por qué cojones lo hiciste?

Y una lágrima escapa a toda ceremonia y empaña la visión de todo el texto que ahora fluye a borbotones… en mi imaginación…

Lo siento… no puedo escribirte, mañana lo volveré a intentar, pues no puedo dejar de pensar una vez y otra lo mismo y no me apetece, no me da la gana, al fin y al cabo, él tomó su decisión… y la decepción me embarga, no me quedan ganas de ayudarte, de apoyarte como antaño, porque cada vez que te ayudé a construir algo, tú te empeñaste en derribarlo, porque cada vez que pensamos algo, tú te apañaste para hacer lo absurdo, porque por cada cosa que me dijiste, hiciste otra, porque me mostraste una cara pero tenías otra… me he cansado… no sé cómo me siento… sólo sé que hoy no, hoy no te escribo, pues sigo con lo mismo que la última semana:

¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué te arruinaste la vida?



viernes, 6 de mayo de 2011

El guión






Caminar, tunel-banna, pendeltåg… rutina, largo camino hasta clase para sentir que no haces más que perder el tiempo… el profesor susurra palabras huecas, pregunta descorazonado una vez más insistiendo en una vana esperanza de que alguien se digne a contestar… pero vamos a ver, no ves que no te entienden, dedícate a otra cosa… que en la clase hay dos tipos de personas ahora… los que luchan por no quedarse definitivamente dormidos y los que luchan desesperadamente por entender qué cojones estás diciendo… pero si sé de lo que me hablas y aún así no te entiendo… frustración y tedio, mala combinación, vuelta a casa, hundido, cabeza gacha, el peso del día y de los libros a la espalda al final hace efecto. También puede que tenga algo que ver todo un día encerrado en una clase sin ventanas y en un laboratorio en el que jamás entró la luz del sol. Mas como en todo siempre llega la hora en que todo eso termina y liberado sueñas con llegar a casa, con un buen rato de reposo, tumbado en la cama, leyendo un buen libro y dejarse fluir por el mundo al que en ese momento me consiga llevar una buena canción.

Sin embargo…  es abrir la puerta de la habitación y… nadie realmente se puede imaginar el maravilloso mundo que se esconde detrás. Una lluvia de gomas y lápices en la cabeza me recibe para que una vez cubierto precariamente pueda contemplar entre mis brazos una multitud de hojas y folios volando caóticamente por mi habitación, mientras mis rebeldes amigos ejecutan tácticas de guerrilla de cojines y almohadas. Pasando por encima de los montones de ropa que yacen desordenados en el suelo reparan en mi presencia y alegres me dan su particular bienvenida, uno me aporrea insistente la cabeza con sus pequeños puños, otro salta de alegría en mi hombro gritándome acelerado en el oído y un pequeño pelirrojo, muy raro, casi excepcional para su raza cuelga precariamente de mi espalda. Además un pequeño grupo hace complicadas cabriolas jugando al frisbi con un clip en mi escritorio.

 Sin embargo, en medio de todo este maremágnum de caos, como iluminado en una isla de calma yace un libro, abierto, con sus páginas en perfecta armonía, inmutable, respetado completamente y lentamente atrae mi mirada. Todavía con mis pequeños amigos merodeando colgados de mi pelo comienzo a hojear el libro pero me llevo una sorpresa, todo menos las primeras páginas está en blanco… ¿cómo puede ser? Un libro perfectamente encuadernado y de editorial, así que transido por la curiosidad no puedo evitar comenzar a leer por cualquiera de las páginas que están escritas. Primero despacio luego un poco más rápido y  después cada vez más y más frenético. Una extraña emoción me sobrecoge y me embarga, el silencio se ha hecho a mi alrededor, no sé si el mundo se ha parado para que saboree y analice mejor este momento o simplemente que ya no soy capaz de captar nada que no sea lo que tengo entre manos… Ésa forma de escribir, esas frases inacabadas a veces eternas y llenas de empalagosos epítetos, tantos puntos suspensivos… tantas elucubraciones perdidas en la imaginación, esos cambios de tema, unas veces graduales, otras simplemente radicales… Ya no tengo ninguna duda de quién es el autor.


 Coincidiendo con el momento en el que he llegado a la conclusión el silencio se ha espesado y la atmósfera se ha cargado de emoción a mi alrededor: un gnomo especialmente pequeño se me acerca lentamente contemplado por todos sus congéneres ahora excepcionalmente quietos y callados, todos con semblante serio y expectante. Mirando su rostro no es difícil adivinar que es el más veterano de todos, anciano ya con sus 15 años, camina encorvado y su mirada azul y fiera se centra en mis ojos, me mira y mi más antiguo amigo me sonríe y mira a la cara. Grave y cascada le sale la voz como si escupiera sibilante, nada que ver con la vivacidad que antaño me conquistó. Habla lenta pero muy suavemente, todas las criaturas se amansan al escuchar sus palabras sean cuales sean y despacio pero seguro se sube al lomo del libro que todavía sostengo sorprendido por tanta seriedad en mis nunca imparables compañeros. Melancólico me agradece todo este tiempo pasado juntos, todas nuestras experiencias, todas nuestras secretas bromas, nuestras confidencias y nuestras colaboraciones pero respirando hondo dice que ya poco le queda. Una intensa vida le ha marcado poco a poco el rostro en una bonachona sonrisa y henchido de orgullo me anuncia que me deja dos importantes legados. Uno que ya llevo disfrutando desde hace tiempo es toda su descendencia que ya se han convertido en inseparables compañeros de juegos y travesuras, sin embargo risueños alegres y divertidos, él sabe tan bien como yo que ni miles de ellos podrán llenar el hondo hueco que va a dejar en mi vida, que jamás podré compenetrarme con nadie como me pude compenetrar con alguien que era más parte de mí que yo mismo, una lágrima rebelde se escapa subrepticiamente mejilla abajo… parece que por aquí comienza a llover. Con un suave y armónico movimiento interrumpe mis perdidas elucubraciones, aún queda lo más importante y señalando las páginas en blanco pone su ya mítica cara de ir a hacer revelaciones:
Es el guión de mi vida.



martes, 3 de mayo de 2011

Por escribir algo

Aislado en mi habitación, las paredes se comban hacia dentro y hacia fuera en un continuo movimiento sin pausa que incontrolablemente me arrastra fuera de los papeles que se amontonan entre desechos  varios sobre mi mesa. Pensaba yo, inocente, que sin el increíble buen tiempo que asolaba mis ganas de estudiar la semana pasada podría yo concentrarme en mis cotidianas y aburridas tareas, pero parece no ser cuestión del tiempo… y este girar y estremecerse continuo amenaza con volverme loco y sacarme finalmente de mi precario equilibrio que intento establecer aferrándome a mi silla con lo poco que me queda de fuerza de voluntad…

Cumpliendo plazos y plazos volando me agarro a esta hoja en blanco cuan si fuera mi última tabla de salvación buscando un poco de paz personal que me permita detener o al menos reducir la agitación que me obliga a saltar del asiento de estudio con un respingo como si quemara… Y como parte de este ejercicio, analizo mi época pasada aquí, segundo capítulo del que asoma ya un final… bastante incierto sea dicha la verdad, y en retrospectiva pocas y desagradables conclusiones salen a la luz, como la incómoda certeza de que no estaba tan preparado como creía para un vida como esta…
Un destino elegido basado en mi madurez y equilibrio personal, que demostraron no ser tal cual yo las imaginaba sino tan volátiles como cenizas volando perdidas tras abandonar su fuego de campamento… una mesa y una barbacoa al otro lado de la ventana, una sonrisa y una provocación, y ya estamos fuera otra vez: yo y mi voluntad.

Mis hábitos han cambiado, mis gustos y hobbies parecen haber evolucionado y no parece haber sido a mejor…
Creía yo en una estabilidad emocional, en una fuerza de voluntad, en una (más consistente) personalidad que pareció desvanecerse o al menos cambiar muy rápidamente. Eventualidad que no nos deja otra solución (a mí y a mi maltratado ego) que llegar a la conclusión de que quizá venían dadas por la situación o circunstancias particulares de una vida que (espero) quedó muy atrás…¿Qué solución nos queda? ¿Qué habremos de hacer? (yo y mi conciencia)


 El único camino parece el de unificación, el punto medio siempre se dijo de ser el mejor… pero cómo reconciliar estas dos vidas, dos paradigmas que a priori se antojan como completamente opuestos, ahí la cuestión… del conseguir o fracasar. 
Una nueva despedida se cierne sobre nuestras cabezas amenazando con terminar con la existencia de esta vida (peor de los temores de los invencibles galos) y ciertamente habría de serlo, pero quién pudiera conseguir no hacerlo drásticamente, y compaginar en el nuevo incipiente capítulo lo bueno de ambos paradigmas, ¿es acaso posible?
 

Una vida de responsabilidad y  supuesta estabilidad con propensión a convertirse en monótonamente rutinaria es lo que espera ¿seremos capaces de adaptarnos y darle ese toque de magia que convierte cualquier obra en obra de arte? Como se dijo en un gran momento histórico… adaptarse o morir… pero a mi estilo (añado yo)